Proteger nuestra audición debe ser una constante los 365 días del año. En ocasiones, sobre todo durante las vacaciones, tendemos a ser más laxos en las costumbres. Sin embargo, la pérdida auditiva es algo muy serio que cada vez afecta a personas más jóvenes debido a los malos hábitos en la protección de los oídos.

La sobreexposición al ruido es una de las principales causas de pérdida auditiva. Cuando las células ciliadas, encargadas de transformar en estímulos eléctricos las ondas de sonido que llegan al oído, dejan de funcionar, se produce la pérdida auditiva. Y lo más grave es que esas células no se reproducen con lo que la pérdida auditiva se convierte en permanente.

Para proteger las delicadas células ciliadas hay que huir del ruido.

Tambores de Semana Santa

Acciones tan habituales como ver una procesión en Semana Santa, puede afectar a nuestros oídos si no mantenemos cierta precaución. En este sentido, es conveniente mantenerse a una distancia prudente del foco del ruido.

Si notamos que nos duelen los oídos al paso de los tambores o cornetas, deberemos evitar una exposición prolongada o cubrir los oídos a modo de protección. Especial precaución debe mantenerse con los niños. Sus oídos son más delicados y es conveniente que no permanezcan durante demasiado tiempo cerca de la fuente de sonido.

En ocasiones, tras permanecer expuesto a un sonido elevado, se puede notar un ruido en los oídos (pitidos, latidos…). Lo normal es que desaparezca pasado un tiempo. Si no es así, hay que acudir al especialista para que valore la situación y revise nuestra audición.

El peligro de las tamborradas

Las personas que participan en las procesiones, especialmente los encargados de tocar el tambor, son las más expuestas al sonido y por tanto las que más deben proteger sus oídos.

En algunas procesiones en las que las personas que tocan los tambores se cuentan por miles, se han llegado a medir 120 decibelios.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el oído humano puede tolerar 55 decibelios sin ningún daño a su salud. Y dependiendo del tiempo de exposición, ruidos mayores a los 60 decibelios pueden provocarnos malestares físicos.

La pérdida de audición inducida por el ruido es muy común. De hecho está demostrado que tocar en una banda es una de las actividades que puede suponer un  riesgo de desarrollar pérdida de audición.

Usar tapones antirruido es la mejor forma de proteger la salud auditiva.

En Audiocentro disponemos de tapones a medida que se adaptan totalmente al conducto auditivo de cada individuo logrando una mayor protección de los oídos, así como un mayor confort, imprescindible para llevar puestos tapones durante horas.