Cada vez son más las personas que se deciden a utilizar audífonos cuando, principalmente debido a la edad, comienzan a no oír bien.

Se están venciendo los prejuicios que existían ante el uso de estos aparatos. Muchas personas consideraban que los audífonos resultaban antiestéticos y evidenciaban una deficiencia que les hacía sentirse inseguros. Además, los audífonos se solían acoplar y emitir pitidos en determinados lugares, generando una situación embarazosa para el usuario.

Sin embargo todo esto parece estar cambiando. Los motivos son varios; en primer lugar porque hoy se valora, por encima de otros aspectos, los beneficios que proporciona el poder seguir oyendo los sonidos que nos rodean. Por otro lado, los audífonos han evolucionado en estos últimos años y hoy son más discretos y tienen mejores funcionalidades.

Por todo ello, son muchas las personas que se deciden a utilizar audífonos.

 

La paciencia es la clave del éxito

Sin embargo, acostumbrarse a ellos sigue siendo cuestión de tiempo y de paciencia. Esa es la mejor recomendación para los nuevos usuarios de audífonos y, especialmente, para las personas cuya pérdida de audición es importante, o para aquellas que han dejado pasar mucho tiempo antes de decidirse a utilizar una ayuda auditiva.

Lo normal es que la audición se vaya perdiendo de manera progresiva. No perdemos nuestra capacidad de oír de un día para otro, a no ser que se deba a un accidente. Primero dejamos de oír con nitidez en ambientes ruidosos, después dejamos de percibir determinados sonidos, se nos escapan palabras, necesitamos subir el volumen de la radio…

El audífono es un aparato eléctrico que ayuda a recuperar la audición, pero no de manera gradual. Es como si, después de oír la televisión a un volumen mínimo durante muchos días, alguien entrara en la habitación y subiera el volumen a un nivel “normal”. ¿No pensaríamos que ha puesto el volumen demasiado alto?

Pues eso es lo que ocurre con los audífonos. Cuando hay una pérdida de audición durante un tiempo prolongado, el cerebro deja de recibir estímulos eléctricos. Estos aparatos favorecen nuevos estímulos, a los que el cerebro debe volver a acostumbrarse.

 

Pasos para acostumbrarse a los audífonos

Antes de comenzar a usar audífonos es bueno conocer cuál será el proceso de recuperación de audición para no llevarnos sorpresas y asimilar mejor la nueva situación.

Es normal que los primeros días escuche muchos sonidos y fuertes. Su propia voz le puede resultar extraña y excesivamente elevada.

  • Es aconsejable comenzar a utilizar el audífono en lugares tranquilos, sin ruido de fondo y para conversar con personas de manera individual.
  • Es recomendable ir “dificultando” estas situaciones. Así, puede visitar lugares con más ruido y poner a prueba sus nuevas sensaciones. Comience a hablar con un grupo de personas, salga a la calle…Es cierto que adaptarse al ruido en los bares u otros sitios ruidosos, lleva su tiempo.
  • No deje de ponerse el audífono ya que, cuanto más lo use, antes se acostumbrará a él. No obstante tampoco es bueno crear situaciones de estrés por lo que, si ve necesario apagarlo en algún momento, hágalo sin problema.

Recuerde que la adaptación es gradual y que pueden pasar meses antes de que se acostumbre totalmente a usar audífonos.

Desde Audiocentro aconsejamos que se consulte con el audioprotesista ante cualquier dificultad y que se siga las directrices marcadas por el mismo. Acudir a revisiones periódicas también mejora la adaptación a los audífonos.

Cualquier otra pregunta, consúltenos. Estamos a su disposición en cualquiera de nuestros centros de salud auditivos.