La principal causa de las pérdidas de audición adquiridas entre los jóvenes (las que no se deben a factores hereditarios) es la exposición a sonidos muy elevados durante actividades recreativas, como el uso de aparatos de audio personales a un volumen elevado durante períodos prolongados de tiempo, o en bares, discotecas, conciertos y acontecimientos deportivos.

La Organización Mundial de la Salud lleva años alertando sobre esta realidad. Sin embargo, son cada vez más los casos que demuestran que los jóvenes aún no son conscientes del peligro que suponen el ruido y los altos decibelios para su salud auditiva.

Un ejemplo lo hemos conocido hace unos días. En la Facultad de Ciencias de la Salud, perteneciente a la Universidad Nacional de San Luis, de Argentina, se realizan pruebas auditivas a los estudiantes que quieren acceder a la carrera de Fonoaudiología. El análisis de los resultados son demoledores; en un período de diez años (desde los años 2005 al 2015) un 40 por ciento de los aspirantes no lograron superar la evaluación auditiva.

Desde la Universidad aseguran que “el umbral auditivo en los jóvenes con los años ha ido cambiando. Antes lo normal estaba en una escala entre cero y diez. Hoy esto se ha extendido hasta casi el veinte”. Esto, aseguran, se produce por los ruidos excesivos que hay en nuestra sociedad y a los que los jóvenes están expuestos.

Una vez analizados los resultados de las pruebas auditivas, se preguntó a los chicos por sus antecedentes familiares para saber si la pérdida de audición pudiera deberse a factores heriditarios. Sin embargo, ninguno tenía antecedentes familiares de pérdida auditiva.

Los jóvenes tampoco habían trabajado así que la única fuente de ruido capaz de dañar sus oídos está relacionada con la música y con la utilización de auriculares durante muchas horas al día y a intensidades muy altas.

En este sentido hay que incidir en que los auriculares que más daño provocan en el oído son los llamados “de botón”, los que se introducen en el oído. Las ondas que emiten, impactan directamente en el oído y terminan dañando las células ciliadas. Estas células son las responsables de la audición y si se dañan, no se recuperan.

Protección auditiva

La pérdida auditiva es irreversible. Por ello, hay que extremar las precauciones y limitar los impactos negativos en los oídos.

Respecto al uso de auriculares, es aconsejable escuchar música a un volumen adecuado. Cuando las personas que están alrededor de quien tiene los auriculares, escuchan la música, podemos decir que el volumen es excesivo.

Hay que dejar descansar los oídos. Después de escuchar música, ya sea a través de los auriculares, o en un concierto, es necesario dejar al oído que se reponga sin someterle a otros impactos sonoros durante un tiempo.

Si al terminar de usar los auriculares, se sienten zumbidos en los oídos, significa que se está sufriendo fatiga auditiva. Lo normal es que los zumbidos desaparezcan. No obstante, si persisten o se manifiestan cada vez que se utilizan los auriculares, es recomendable acudir a un profesional para que valore si existe un problema de audición.