Hacer deporte es saludable. Cada vez son más las personas que se deciden a ponerse en forma y se enfundan sus zapatillas de deporte para salir a correr en gimnasios o al aire libre.

Sin embargo, no todo el mundo puede hacerlo. El motivo es que, cuando hace frío o el viento comienza a soplar, los oídos les duelen.

Aunque, afortunadamente, esta dolencia no le afecta a un porcentaje amplio de la población, se trata de algo muy molesto y doloroso para quienes la sufren. De hecho, según alguna de estas personas, es un dolor punzante, que puede bajar por el cuello y, en ocasiones, afectar a la cabeza. Puede llegar a ser algo insoportable.

El dolor, por regla general, se experimenta después de correr largas distancias. Pero esto no siempre es así ya que algunas personas lo padecen, simplemente, al andar por la calle.

El problema se hace más evidente en particular en el ejercicio en clima frío o en grandes altitudes.

Qué causa del dolor de oídos

Como no se trata de una dolencia muy común, los médicos de atención primaria derivan estas consultas al especialista. Éste suele llegar a la conclusión, tras realizar las pruebas pertinentes, de que no existe ningún problema en los oídos.

Entonces, ¿por qué se genera ese dolor?

La explicación más factible es que determinadas personas tienen una mayor densidad de vasos sanguíneos alrededor de los huesos que componen el interior de las orejas. Ante una mayor presión, motivada por el frío, los vasos sanguíneos se contraen. Como consecuencia, se reduce el flujo sanguíneo que va hacia el oído y éste puede acumularse en el oído interno.

La constricción de los vasos sanguíneos puede conducir a un tremendo dolor en los oídos. Como decimos, puede estar motivada por el aire frío, pero también por cambios de presión o tensión en los tímpanos.

La solución al dolor de oídos

Evitar que el aire frío penetre en los oídos debe de ser el objetivo de las personas con sensibilidad para evitar el dolor. En este sentido, utilizar un gorro o unas orejeras que protejan los oídos mientras se está en la calle puede ser una buena solución…por lo menos en invierno.

En verano el aire no es frío y las molestias serán residuales. No obstante, se puede recurrir a alguna cinta o pañuelo que pueda proteger los oídos, llegado el caso.