Hace unos días hemos conocido que los viajeros de un avión que se dirigía a Croacia han sufrido hemorragias en los oídos como consecuencia de una pérdida brusca de altitud durante el vuelo.

Según fuentes de Ryanair, la compañía aérea con la que volaban, la cabina se despresurizó y el aire se enfrió. El piloto tuvo que descender de manera rápida y este descenso provocó malestar físico en los pasajeros, algunos de los cuáles tuvieron que ser trasladados al hospital al aterrizar. Un cambio de presión puede provocar síntomas de hipoxia, como náuseas y dolores de cabeza.

Barotrauma en los oídos

Los cambios de presión brusca, tanto en el agua como en el aire, pueden provocar un barotrauma o daño en algunas zonas del cuerpo (pulmones, piel, huesos…). Los oídos también pueden verse afectados por un barotrauma.

Los síntomas más comunes son dolor de oídos, sensación de taponamiento, mareo, pérdida de la audición o sangrado.

El oído medio es un lugar estrecho con aire circundante, situado entre el tímpano y el oído interno. El tímpano se mueve como consecuencia de las vibraciones del aire que llega a través del canal auditivo externo. Los movimientos de su membrana se transmiten al oído interno por medio del movimiento de los huesos del oído medio. Para que esto suceda, la presión del aire debe ser igual a ambos lados del tímpano. Las diferencias de presión del aire circulante empujan al tímpano hacia dentro o hacia fuera.

Para evitar que se rompa el tímpano existe la trompa de Eustaquio, que conecta el oído con la rinofaringe, por donde el aire puede entrar o salir manteniendo la presión constante.

Gracias a esa conexión se puede llevar a cabo una maniobra fácil para evitar que los oídos se taponen como consecuencia de los cambios de presión ligeros que consiste en intentar soltar aire por los oídos manteniendo la nariz y la boca tapadas.

Normalmente, la presión del aire dentro del oído medio y en la atmósfera es muy similar, pero, a medida que aumenta la altitud, la presión del aire en la atmósfera disminuye, haciendo el aire ‘más delgado’, mientras la presión de aire en el oído medio permanece relativamente sin cambios.

Un cambio brusco de altitud puede provocar un barotrauma o, incluso, la rotura del tímpano.

Afortunadamente, los tímpanos rotos se recuperan en unas semanas sin que sea precisa una intervención.

No obstante, cualquier dolor o problema en los oídos, es preciso acudir al especialista para que sea él quien valore la situación y pueda poner remedio lo antes posible.