Aunque todavía no hemos entrado “oficialmente” en la primavera, este año el final del invierno está siendo extraño meteorológicamente hablando. El calor de los días pasados que ha precedido a la lluvia en muchos puntos del país, ha provocado que muchas especies de plantas estén ya en floración. Un invierno lluvioso predispone a una mayor concentración de polen en primavera. Por eso, los alérgicos al polen, si no han empezado ya, en breve comenzarán a sentir los efectos de la alergia.

La alergia es una reacción inmunológica del organismo a sustancias externas que éste considera dañinas. En primavera, y también en las semanas previas, la alergia más frecuente es la alergia al polen procedente de gramíneas, cipreses, plataneros y olivos. En España, los pólenes son los responsables del 57% de las consultas de rinoconjuntivitis alérgicas y el 34% de las visitas por asma bronquial, tal y como lo explica la doctora Ana Pérez Montero, jefa del servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

Las personas que tienen alergia sufren de picores nasales y de ojos. Esto les lleva a estornudar frecuentemente como si estuvieran constipados. Mucosidad y congestión nasal es el cuadro más habitual entre los alérgicos. Una situación que puede provocar dificultad para respirar.

Como sabemos, las vías respiratorias y los oídos están conectados. Por este motivo, la inflamación de las vías respiratorias y la secreción de moco, pueden provocar que se taponen los oídos o, en el peor de los casos, que se produzca una otitis.

Los niños, más propensos a la otitis

Cuando la garganta se irrita, la inflamación afecta directamente a las trompas de Eustaquio que, al inflamarse, disminuyen su diámetro. Por este motivo, la ventilación del oído medio puede llegar a taponarse. Éste reacciona produciendo una mucosidad que tapona los oídos produciendo una disminución de la audición.

Esta situación es más frecuente entre los niños ya que en ellos las trompas de Eustaquio aún no están desarrolladas completamente.

Aunque normalmente la situación suele desaparecer después de unos días, también puede agravarse. Hablamos de la otitis.

Si el niño se queja de dolor de oídos, habrá que visitar al médico lo antes posible.

Es recomendable que las personas alérgicas eviten salir a la calle (especialmente al campo) en los momentos álgidos de la floración de la especie a la que son alérgicas. Además, se recomienda el lavado habitual de la nariz para evitar que el moco tape las fosas nasales y su exceso pueda llegar al oído.

Si la pérdida auditiva causada por los episodios de alergia se prolonga, no está de más visitar al médico para que valore la situación.