Hace tan sólo unos días que hemos entrado en la estación de las flores; la primavera. Una estación que anima a muchas personas a disfrutar del aire libre y que hace que muchos otros, los que padecen alergia, comiencen a temblar.

La alergia es una reacción inmunológica del organismo a sustancias externas que éste considera dañinas. En primavera, la alergia más frecuente es la alergia al polen procedente de gramíneas, cipreses, plataneros y olivos.

Los síntomas más frecuentes de la alergia son picor nasal y de ojos, lagrimeo constante, estornudos y secreción de mucosidad, congestión nasal y, como consecuencia de todo ello, dificultades respiratorias que pueden provocar episodios de asma en las personas más sensibles.

La conexión que existe entre las vías respiratorias y el oído pueden provocar problemas en este último. El cuadro alérgico provoca que las vías respiratorias se inflamen y que se incremente la secreción de moco, lo que, en ocasiones, puede derivar en otitis.

 

Los oídos taponados son una señal

Las trompas de Eustaquio son unas cavidades que comunican la boca con los oídos. Por ello, cuando la garganta se irrita, la inflamación afecta directamente a las trompas. Éstas, al inflamarse, disminuyen su diámetro por lo que la ventilación del oído medio también se ve afectada. El oído medio reacciona produciendo una mucosidad que tapona los oídos produciendo una disminución de la audición.

Aunque no se trata de algo doloroso, sí es molesto. Esta situación es más frecuente entre los niños ya que en ellos las trompas de Eustaquio aún no están desarrolladas completamente.

Como los niños no suelen quejarse de un oído taponado, habrá que detectarlo observando su comportamiento; ponen la televisión a un volumen más elevado, les cuesta atender cuando se les llama, pierden información en clase…

Lo normal es que estos episodios de oídos taponados desaparezcan por sí solos. No obstante los padres deben permanecer atentos ya que si la mucosidad que llega al oído, procedente de la nariz o del propio oído, no se elimina, puede llegar a inflamar el oído medio ocasionando dolor y supuraciones. Hablaríamos de otitis media.

Cuando la situación persiste o hay dolor en los oídos, lo aconsejable es visitar al médico.

 

¿Podemos evitarlo?


Aunque la alergia no se puede evitar, es importante seguir algunas recomendaciones para disminuir sus efectos
. En este sentido, los servicios de alergología recomiendan conocer el tipo de polen  y la época de floración para estar aumentar la prevención.

Mantener las ventanas cerradas, tanto en casa como en el coche, evitar actividades al aire libre, especialmente los días de viento y con altas concentraciones de pólenes (existen servicios que informan sobre el particular), utilizar filtros para el aire acondicionado y llevar gafas de sol, son algunos de los consejos que pueden contribuir a sobrellevar esta época del año.

En definitiva, aunque en un principio la alergia no afecta directamente a los oídos, sí podemos concluir que, de manera indirecta, puede terminar afectando a nuestra salud auditiva.